Causó furor lo que pasó hace unos días con la hija del titular de la PROFECO. Si no te has enterado de lo que pasó, o de plano no estás nada conectado a las redes sociales o eres contador público y estás como loc@ con las anuales, quizá! pero bueno, para los despistados les cuento rapidito el chisme... Andy Benítez, que es hija del Titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (conocida en todo el cibermundo a raíz de ese suceso como "Lady Profeco") se fue a comer hace unos días a un restaurante en la colonia Roma de la ciudad de México, llamado "Máximo Bistrot", y como a la niña no le dieron rápido la mesa que quería, se quejó y mandó a clausurar dicho establecimiento.
Obvio que este suceso causó mucho descontento e indignación entre la gente y criticaron severamente el hecho de que esta niñita mamona utilizó la autoridad de su papá por un capricho, para mandar a llamar a inspectores y por su berrinche, cerrar el lugar. Que bueno, aquí también debo preguntarme qué carajo tienen en la cabeza los que le hicieron segunda a la escuincla?
Pero bueno... el chiste es que aquí no voy a mentarle madres a una chamaca que seguro no ha de saber ni cambiarse los calzones, sino extender un poquito lo que el New York Times publicó en su reportaje: "Andrea Benítez simplemente hizo lo que muchos mexicanos ricos han hecho siempre: usar su influencia", lo cual es una triste verdad que se vive en México. Que no creen que sea así? Veamos...
* El cadenero del antro (en sus cinco minutos de gloria en el que se siente dueño del lugar) decide, por la forma en que te ves, si eres digno de entrar o no al lugar y pasar un buen rato. Obvio que si eres conocido en la sociedad, te arman fiesta, te festejan que llegaste y entras sin problema alguno. Si no es así, te pueden tener horas esperándote y casi que te hacen el favor de dejarte pasar.
* La gente sana y sin problemas (más que mentales, creo yo) utiliza los puestos de estacionamiento para embarazadas o discapacitados, creyendo que tienen el poder sobre los que de verdad los necesitan.
* Los niñitos en la escuela presumen y se creen mejores que sus demás amiguitos si los papás les compran un celular, un juego de video o una camisa de marca. Porque sí, los niños desde temprana edad ya saben de marcas, eh?
* La preferencia para ayudar a los ricos y poderosos está por demás comentarla, verdad? Recordemos lo que pasó cuando murió el hijo del ahorrativo de Humberto Moreira, cuando movilizaron cielo, mar y tierra para resolverle el caso. O sin irnos al extremo, la burla que ocasionó en Twitter el hecho de que Laura Zapata le pidió ayuda a Mancera porque le chocaron el coche a su hijo y éste respondió enseguida y le pidió a uno de sus colaboradores que viera el caso a la voz de ya.
* O los empresarios altaneros que arman un escándalo en restaurantes o en bares si no los atienden como ellos creen que deben ser atendidos, y hacen que meseros que necesitan la chamba la pierdan por un capricho.
* O los juniors que estando en restaurantes se van al balcón del lugar y amenazan con una pistola a la gente que en ese momento estaba participando en una marcha (se les olvió el caso de Juan Pablo Franzoni en Xalapa?)
* O la hija del entonces candidato Peña Nieto que mandó su "saludo a toda la bola de pendejos que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian" cuando su adorado padre fue motivo de burla por lo que pasó en la Feria del Libro.
Así que... no es de extrañarse que como este caso se presenten muchos más, porque nadie es capaz de darle su dosis de ubicatex a este tipo de personas.
Creo que queda claro por qué le llamo zoo-ciedad, verdad?
Nos leemos pronto!!!
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