Vistas de página en total

lunes, 20 de abril de 2015

Pandatón 2015

Quien me conoce, sabe que me gusta mucho correr. Que inscribirse a competencias la neta es un gasto que al momento no sientes, pero cuando las carreras se acumulan o cuando empiezas a hacer cuentas... te das cuenta que es una buena lana la que se va, y por eso es molesto cuando no se cumplen con las expectativas. Pero cuando estas carreras van encaminadas a una buena causa (cual sea), neta no te duele hacer el "gasto" porque sabes que estás ayudando a alguien, y que de una pequeñísima forma estás echándole la mano a alguna o muchas personas que, aunque ni siquiera conozcas, te da una sensación bastante gratificante. 

Ayer, navegando por Twitter me topé con el Pandatón 2015. De entrada, el nombre me encantó. Su logo también. Y me dio curiosidad. Y me puse a investigar al respecto. Me topé con la historia de Lalo, alguien a quien no conozco pero que llamó mi atención desde que empezó a contar su historia, hace ya casi dos años. Una historia de un individuo que un buen día descubre que tiene cáncer en el colon con metástasis en el hígado (una chingadera, la neta) pero que, en lugar de tirarse a llorar y darse por vencido, decidió enfrentar y luchar y decirle al cáncer (que él llama "piscis" porque dice que se oye mejor) que con la pena, pero tiene que desalojar su cuerpo y que pretende utilizar todos los recursos necesarios para que así sea. Obviamente no ha sido un viaje sencillo, pero por su manera de describirlo pareciera que así lo fue. Le pone nombres muy divertidos a los tratamientos y a las células cancerígenas y finalmente pudo cantar victoria, pero no se quiso quedar así nada más. (Neta que cuando tengan chance échense el chisme de su historia. En un rato quedarán enganchados en sus posts, se sentirán identificados con Panda, con Pachy, con Dany, con todo su Escuadrón de Sanación, con Jedis y Tiburones ayudando a sanar su cuerpo, con los elíxires de sanación y demás palabras ingeniosas que de una u otra forma te hacen parte de su historia... si quieren leer todo completito, échense el chisme aquí merito). 

Entonces, derivado de esta experiencia decide que lo que quiere hacer es ayudar. Contar su historia, además de enseñar lo que sabe y de una u otra forma, dejar su huellita de panda bien marcada en este mundo, y ayudar a fundaciones con programas contra el cáncer. Y así es como surge el Pandatón 2015, que lo que recaude se irá directito específicamente a dos programas: "Aquí nadie se rinde" y "Amor por ti".

En qué consiste? en que te inscribas en una carrera en el Distrito Federal, y tú decidas cuántos kilómetros quieres correr durante dos horas y media. Puede ser uno, cinco, diez, veinte. cuarenta. Pero lo chingón es esto: si no corres, también puedes ayudar, apadrinando los kilómetros que tú quieras de los corredores inscritos. Cada kilómetro cuesta $100 y no hay límite de apoyo. La idea me ha encantado. La historia me ha conmovido, y aunque no tengo el gusto de conocer a Lalo, me atrevo a compartirles una mini partecita de su historia para que, en la medida de las posibilidades de cada uno, apoyemos. 

Les pediría que apadrinaran mis kilómetros, pero por fechas y logística me es imposible correrla (y lo lamento mucho), pero hay muchísimos corredores inscritos, esperando ser apadrinados y muchos lugares para corredores esperando ser ocupados. 

Para saber más de todo este evento, checa www.pandaton.mx en donde todas las dudas que puedas tener seguro quedan resueltas y quizá te empuje un poquito para terminar de decidirte a apoyar esta causa. Además de que las playeras del evento y las medallas están poca madre!!! 

Anímense a darse una vuelta por los links que les dejé... y no dejemos de creer que la actitud y la manera de enfrentar las situaciones de la vida son las que definen cómo será el desenlace.

Nos leemos pronto :)




miércoles, 15 de abril de 2015

Aprender a disfrutar.

La realidad es así... Cuando éramos peques, casi todos moríamos de ganas por ser mayores y hacer todas esas cosas que veíamos a los grandes hacer y con eso sentirnos dueños de nuestros mundos, sin nadie que nos mandara a hacer los deberes, sin rendirle cuentas a ninguna persona, comprándote lo que se te dé la gana, en fin!

Conforme vamos creciendo y nos volvemos adultos, vemos a los niños y añoramos ese tiempo por mil motivos. Antes no había preocupaciones en nuestra cabeza, disfrutábamos más la vida, éramos inocentes, comíamos lo que queríamos sin remordimiento alguno,  no conocíamos eso de la quincena o de trabajar o pago de impuestos, en fin! Y claro, sentimos que no disfrutamos de nuestra niñez al cien por estar preocupados en crecer... aunque la mayoría de las veces no es así, eh? muchos tuvimos una infancia súper feliz y aunque nuestra mente de repente soñaba con ser mayores o nos poníamos los zapatos y la ropa de nuestros papás o jugábamos a tener un oficio (yo me ponía enfrente del espejo y según daba noticias, y claro que tenía mi escritorio armado con un teclado, lapicitos, libretitas... aunque ni al caso con lo que terminé haciendo!), la realidad es que ni sentimos el paso del tiempo, ni nos deteníamos a quejarnos de nuestra edad. 

Pero pareciera que fuimos hechos para no disfrutar el presente que vivimos. Nos la vivimos preocupados por cosas que ya pasaron y que no acabamos de entender que ya no tienen arreglo por más que ocupen lugar en tu cabeza, nos cuestionamos cosas que ni siquiera han sucedido pero que si suceden pueden repercutir un poco en nosotros (y si no suceden, también) y al final, estamos medio ausentes del presente. Y esta situación se repite en todos. Sin distinción. Pareciera que cuando nacimos nos insertaron un chip en la cabeza para vivir preocupados por situaciones inexistentes, por situaciones vividas... y que nos hacen no disfrutar lo que estamos viviendo.

Tratemos de deshacernos de ese chip, y vivir! Sé que suena a súper cliché y súper trillado... pero cuántos no andan solo viendo pasar el día a día sin darse cuenta que, sencillamente abrir los ojos cada mañana es motivo suficiente para sonreír y echarle todas las ganas del mundo a tu día? A pesar del tráfico, del trabajo, del jefe, del compañero de trabajo que te complica un poco la existencia, del gandalla? Digo, los días perfectos no existen, obvio que tenemos nuestros días malos, nuestras experiencias no tan gratas, nuestro ratito de Pitufo Gruñón... pero al final, decidamos que solo sea eso: un ratito! ;) 

Nos leemos pronto!