De entrada, pensé en hacerme a la idea de poner un cartel frente a mí que diga: ‘no leas las noticias del país’ para evitar deprimirme, pero eso sería cegarme bastante a la realidad que estamos viviendo, y aunque muchos afirmemos que ‘esas cosas malas a mí no me van a pasar’, en nuestra mente quizá de manera muy sutil tenemos el foquito de alerta encendido pidiendo nunca encontrarnos en una situación que altere nuestra tranquilidad o la de la gente que nos rodea.
Hoy en la mañana la noticia que llamó mi atención y me removió muchas cosas fue la de Don Polo. Una de las tantas voces de este país que grita y que no se escucha. Su historia es triste, pero lamentablemente no es la única. Y quise resumirla y compartirla aún no sé con qué fin, pero me lo tomaré a manera de desahogo, o como una queja que se agrega a la gran lista que ya tengo, o quizá otra prueba de que las cosas no están bien (como si eso hicieran falta, verdad?)
En septiembre del año pasado, a Leopoldo Valenzuela Escobar, don Polo en esta historia, le quitaron a su hijo. Llegaron varios maleantes a su negocio y se lo llevaron. Luego de siete días de la desaparición, decidió denunciarlo pues su hijo se comunicó con él para indicarle el lugar en donde se encontraba secuestrado, para que lo rescatara. Don Polo pidió ayuda, pero no recibió respuesta de las autoridades. Quizá porque no tenía un apellido fuerte, o no contaba con la solvencia económica suficiente, o por alguna otra excusa pendeja que no vale al momento de cumplir un deber. Acudió a la Procuraduría de Justicia suplicando que rescataran a su hijo, en donde solamente consiguió que le dijeran: 'el Procurador le dice que no va a arriesgar a sus policías sin antes hacer una investigación', con todo y que les decía que sabía en dónde estaba su hijo. Buscó incluso hasta a personal del Ejército para que lo auxiliaran a rescatar a su hijo, sin obtener respuesta ni acciones.
Luego de esto, la familia logra reunir la cantidad estratosférica de lana que estos desgraciados piden, lo entregan con la promesa de que les regresarían al miembro de la familia secuestrado, cosa que jamás sucedió.
Queriendo hacer un poco más de ruido, para mantener las esperanzas para ver a su hijo de nuevo, en octubre contacta a la esposa del gobernador del estado, entregándole una carta para su esposo, en donde le recrimina, y cito lo que dice el documento: ‘Mi frustración, impotencia, coraje, o como usted lo entienda es porque sabiendo en donde se encontraba mi hijo, no tuve el apoyo solicitado a las diferentes autoridades en su momento.’
Y claro, don Polo termina esta carta denunciando la manera en cómo actuaron las autoridades, y lo cito de nuevo: ‘todo por haber denunciado el secuestro, todo por creer en nuestras autoridades, todo por creer que vivimos en un país en el que gobiernan las leyes.’
En el mes de enero don Polo decide denunciar el caso en un desplegado que fue difundido en varios medios impresos de Durango, la ciudad de donde es originario, contando que había muchas irregularidades en el caso de su hijo, y contando todo lo que había pasado y la respuesta nula obtenida ante esto.
Cuál fue la consecuencia? Que don Polo fue asesinado la noche del viernes. Llegaron varios tipos armados, diciéndole que iban por él, se lo quisieron llevar, pero él no se dejó. Sacó un arma y trató defenderse, pero estaba ya demasiado herido, por lo que falleció en el hospital horas más tarde. Su pecado? Tratar de encontrar a su hijo. Confiar en que las autoridades harían su trabajo, como debería ser.
Neta… qué jodidos estamos… y qué miedo que un país tan padre, con gente tan chida (porque sí la hay)… se opaque de tal manera por estos sucesos.
Ya al menos don Polo no sufre más... finalmente, se reunió con su hijo. Pero lamentablemente hay miles, miles de personas que han pasado o viven el infierno de tener que encarar el secuestro o extorsión, sin tener a quién acudir.
Hasta cuándo? O de plano esta situación no va a acabar nunca?
Mágnificaforma de compeartir el sentír de millones de personas,que todos los dias nos enteramos e incluso vivímos las experiencias en carne propia. Si, México esta lleno de gente deprimerisima, pero la minoria: Ojetes, son los que tienen el poder, legal e ílegal. Besos !!!
ResponderEliminarHayatole
Q poca m....
ResponderEliminar. . . . . hasta cuando then?