Hace muchos años no era una persona que le gustara
ejercitarse. No había una razón en específico, sencillamente no me gustaba. La
idea del gimnasio me parecía de hueva y aunque sabía que hay que cuidarse para
vivir muchos años y vivir bien, pues realmente me hacía loca al respecto. Hace
ya bastantes años, un buen día me dio un dolor de cabeza impresionante de
manera inesperada. Mal plan, en serio. Pensé que iba a desmayarme del dolor, de
verdad no hay forma de poderlo describir, pero tan mal me puse que obvio acabé
en el doctor. Me hizo estudios y luego de un buen rato me dijo que mi presión
estaba por los cielos. Que estaba súper raro que no hubiera tenido síntomas
previos y luego me echó el rollo que nos echan a todos: que hay que cuidarse,
que el estilo de vida hay que cambiarlo, etc., etc. Además tenía problemas con
mi insulina y su producción, en fin! Una monada. Acabé con un endocrinólogo
maravilloso que durante muchos años me trató, me mandó con una nutrióloga en
donde aprendí la maravilla y a la vez horrible existencia de las dietas
cetogénicas, y luego de muchos años todo se controló.
Después de eso decidí por cuenta propia que tenía que hacer
un cambio en mis hábitos y en mi forma de vivir, y es real que un buen día
agarré el teléfono, hice cita con quien fue mi nutrióloga por muchos años y me
llevó por el camino que quise, y lo más importante: igual agarré mi teléfono,
bajé una aplicación que se llamaba “From Potato Couch to 5K” (es real, así se
llamaba) y así fue como ese día empecé a correr. Mucha gente me pregunta cómo
inicié y no me creen cuando les cuento mi historia, pero de verdad fue así.
Seguía cada día las indicaciones y empecé a agarrarle gusto a la aplicación, porque además como que te
echaba porras y te motivaba a que siguieras con los demás días. Para quienes
conocen Veracruz, sabrán que tenemos un Boulevard muy grande en donde la gente
corre, anda en bici, patina, en fin. Bueno, en ese tiempo yo no me iba a hacer
mi ejercicio al bule. Sentía que no era merecedora de correr ahí, que en ese
lugar solo lo hacían quienes sabían, los que corrían carreras, los que no se
cansaban como me pasaba a mí, y entonces lo que hacía era correr alrededor del
parque que había por mi casa. Esto, es real. Además que también me daba pena
también correr ahí, con todo mundo viendo que no aguantaba ni treinta segundos
trotando. Pasó el tiempo y empecé a inscribirme a carreras de 5K. Eran carreras
que hacía en más de 45 minutos obvio, porque no tenía condición y estaba
empezando apenas a entender lo que pasaba en mi cuerpo. Pero yo era muy feliz
cuando cruzaba una línea de meta. Cuando recibía una medalla. Eran apapachos
que sentía yo solita me daba por un logro realizado.
Varios años después, una amiga me invitó a formar parte del
grupo de corredores del que ella era inetgrante. Y me emocionó la idea de
formar parte de algo así. Y formé parte de ese Club varios años. Logré cosas
que mi Yo temeroso de correr en el Bule jamás imaginó ni en sus sueños más
locos hacer: correr una carrera de 10 Kilómetros, correr en ciudades distintas
con alturas diferentes distancias similares y lograr completar dos medios
maratones. Difícil? Mucho. Hasta el día de hoy. Satisfactorio? No hay palabras
para describirlo.
Actualmente correr se volvió parte de mi vida (no, no es
Liverpool). Tanto, que tengo un tatuaje que lo demuestra. Ponerme los tenis y
empezar a correr me desconecta de todo y me centra en lo importante: yo misma. Personalmente
puedo decirte que sí, es muy complicado iniciar pero una vez que lo haces, ya
no te detienes. Ya no puedes. Cuando te das cuenta lo que compras es ropa de
ejercicio, tenis, relojes, viseras, geles, electrolitos y buscas retos, como en
mi caso fue aventurarme a hacer Trails a pesar de mi nula coordinación y mi
pavor a lastimarme. Pero lo he logrado a pesar de ser algo diferente a lo que
normalmente estoy acostumbrada. Además que decidí complementar esa actividad
con otros tipos de ejercicio que finalmente me ayudan a tener una mejor calidad
de vida, aunque hay días que pesa, y que no quieres, y que piensas que no
puedes. Solo es cosa de recordar el por qué iniciaste y la sensación que tienes
cuando lo estás haciendo para no claudicar. Además que es algo que me ayudó a conocer a quien hoy está a
mi lado, que me inspira, me motiva y me ayuda a pelear con esa voz dentro de mí
que de repente aparecer para decirme “no vas a poder” y que me ha ayudado a llegar a niveles que no pensé pudiera lograr.
De esto se trata. De no desistir. De creer que eres capaz de
cualquier cosa. De desechar el “No puedo” o el “para qué si no va a servir”. Es
bien complicado. Pero se puede. Y yo soy una prueba de ello.
Pero... sí, de repente me lo debo recordar, porque es fácil que se
olvide. Y esta vez, decidí plasmarlo, para acordarme de eso las veces necesarias y no
volver a hacerme la desentendida ante este tema. Lo que inició como algo para
ayudar a la salud se convirtió en un gusto, con sus altibajos, pero que no
cambio por nada.
Nos leemos pronto.
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Keep Running |
Yo empecé a correr para intentar dejar de beber alcohol. No lo logré, pero sigo corriendo, y es genial, sé de lo que estás hablando. Felicidades.
ResponderEliminarNo lo dejes! :) es padrísimo saber que continúas y que te identificas. Gracias por leer!
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