Lo que parecía ser un fin de semana perfecto en uno de mis meses favoritos del año se convirtió en un muy mal sabor de boca que todavía sigo viviendo.
El sábado pasado estaba totalmente emocionada. El domingo tenía una carrera (lo cual es razón suficiente para andar de buenas durante toda la semana preparándote y esperándola). Tempranito me fui por mi kit para que no me agarran las prisas, y después seguí con el itinerario. Me fui con Anabell y con Rita al cine a ver una película que quería ver desde hace muchísimo tiempo la cual me gustó mucho, comimos en un lugar nuevo que nos encantó (aunque me quedaron a deber el mezcal, pero es motivo suficiente para que regrese, claro está) y nos fuimos a seguir chismeando en el café. Platicamos de cosas triviales, de amores pasados, del futuro, de tomar vacaciones, en fin!!! un día muy a gusto. Cuando el día ya estaba a punto de terminar, para yo descansar temprano y prepararme para el día siguiente me despedí de ellas para irme a casa. Y caminando hacia mi coche, no me di cuenta y pisé una piedra que había en la calle. Y esa piedra hizo que el tobillo se me doblara impresionantemente. No me caí, pero llegué al piso, porque no podía ponerme de pie por el dolor. Anabell que aún no se iba vio todo y me ayudó a pararme, para poder terminar de llegar al coche. En ese momento, era tanto el dolor que sentí ganas de vomitar. Y luego pensé en la carrera del día siguiente. Y menté madres durante un buen rato, en lo que esperaba que el dolor pasaba mientras respiraba profundo para controlarme. La distancia era muy corta, así que pude llegar a mi casa manejando, pero el dolor iba en aumento. Sin tener que agregar que el tobillo empezaba a hincharse. "Chingada madre", no dejaba de pensar. Creen que pensaba en el daño que me había hecho? Para nada. Estaba encabronada de pensar que no podría correr al día siguiente. Que no iba a poder entrenar. Hablamos con el doctor y fuimos a verlo, muy lindo accedió a que fuéramos a su casa para que me revisara (porque ya eran casi las diez de la noche). Revisó el tobillo, no se inmutó en lo absoluto porque se ve que es algo que sucede diario (aunque aún no entiendo por qué carajo me pasó a mí) y me mandó una medicina y radiografías el día siguiente. Creo que alcancé a decirle: "tenía una carrera mañana". Y él, enfático, me lo repitió: "Tenías, mija. Mañana hay que ver lo que dice la radiografía".
Casi no dormí, para tratar de conciliar el sueño le avisé a mis conocidos lo que había pasado, se lo dije también a mi coach el cual me dio las palabras adecuadas para lo que para mí era un muy muy mal momento y bueno, realmente no me di cuenta cuando me medio quedé dormida. El domingo me desperté muy temprano, mi amigo Jorge vino a recoger mi número con el cual iba a competir para buscar mi medalla (mil gracias por ese detalle, Yorch!) y yo me encaminé a la Cruz Roja. Me tomaron las placas y alrededor de las 11 am ya estaba de regrseo con el doc. Ya las vio, se alegró de que no fuera nada grave, que era solo (sólo!!!) un esguince para el cual me pedía que comprara una tobillera de neopreno para cuando fuera a caminar, descanso de 3 semanas y visita a su consultorio luego de la segunda semana, a ver cómo iba. Y ante esas noticias, yo súper triste. Y enojada por no fijarme por dónde caminaba. Estar quieta? Yo? Cómo se hace eso?
Quienes me conocen saben mis rutinas: correr temprano, ir al trabajo, eventos, cine, cenas, café, visitas a lugares, pendientes, compras.... CÓMO IBA A PODER ESTARME QUIETA DE REPENTE? y es algo que me sigo preguntando. De a ratos me siento deseperada. De a ratos me siento inútil. De a ratos creo que solo así me pudieron poner un 'estate quieto' voluntariamente a fuerzas. De a ratos me doy cuenta que todo lo que te rodea y todos tus planes pueden cambiar en una micromilésima de segundo sin esperarlo. De a ratos me asusto porque pienso que pueden haber repercusiones y no quedar bien. De a ratos me aterra que el doctor me diga que ya no puedo volver a correr. De a ratos busco paciencia y me digo a mí misma que tres semanas pasarán rápido.
Y lo que es un hecho: estando "jodida pero contenta" (así contesto cuando me preguntan cómo estoy) es cuando descubres quién de verdad tiene afecto hacia tu persona y se preocupa por ti. Y esas son sorpresas inesperadas.
Mi querida Marts... Solo puedo decir C'est la vie. Y solo ella sabe la razón de ponerte un alto. Quizá en este momento no lo entiendes pero al volver la vista habrá algo que aprenderás de esto. Comienza por des enojarte, y piensa en 3 semanas como unas vacaciones en casa y recuerda que te queremos. Y ya se me acabó el espacio. Besos
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